Es conocido por todos los conductores que la forma de conducir influye en el consumo de combustible de nuestro coche. En estos tiempos en los que el precio del carburante se ha disparado y se pone el punto de mira, cada vez más, en la repercusión que tienen sobre el medio ambiente, es bueno reflexionar sobre los aspectos que ayudan a reducir el gasto para hacer un uso eficiente. Por ello, desde nuestra experiencia como taller de neumáticos en Sevilla queremos ofrecer algunas pinceladas sobre la relación entre los neumáticos y el consumo.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que conocer la cubierta que colocamos es vital para tener todas las claves. Para ello no hay nada mejor que consultar la etiqueta que está visible en cada uno de ellos (en los países de la Unión Europea es imprescindible que cuenten con ella en una zona visible). Con esa información podremos extraer conclusiones sobre la eficiencia del consumo, la capacidad de adherencia y el grado de ruido que emiten.
La importancia de la resistencia
Respecto a la primera, que es la que ahora nos interesa, debemos señalar que los neumáticos que presentan una mejor eficiencia son los de la clase “A”, llamados así por pertenecer a la primera categoría de las siete existentes sobre la resistencia a la rodadura y el consumo de combustible. No obstante, hay que saber que cualquier modificación en la medida de la llanta (por motivos estéticos, por ejemplo) afectará a que el valor de esta resistencia varíe.
Esta resistencia no es más que la relación existente entre la energía invertida para el movimiento de la rueda y los factores externos que frenan dicho impulso. Algunos de estos elementos son la estructura o masa, el peso y la presión del neumáticos, entre otros. En cuanto al primero, es evidente que a menor volumen menor resistencia presentará y, por tanto, menor consumo hará falta para mover las ruedas. De hecho, los modelos de neumáticos diagonales (cada vez más en desuso) tienen un 20 por ciento más de resistencia de rodadura que los radiales.
Otro factor es la forma de la banda de rodadura, ya que según sea su flexión o deformación durante la conducción, la resistencia mencionada será menor (si el neumático es más rígido) o mayor (si hay una distorsión considerable). Asimismo, también es importante saber el tipo de caucho empleado, pues no todos son iguales. Para la confección de una cubierta habitualmente se emplean cauchos de butadieno, naturales y de butadieno-estireno; un relleno y un vulcanizante. Pues bien, los que menor resistencia ofrecen son los fabricados en la primera clase de goma, aunque en el mercado también podemos encontrar modelos Eco, los cuales ofrecen una resistencia de la banda de rodadura muy reducida, por lo que aunque su precio sea lago más caro que los modelos convencionales, a la larga, el ahorro económico provoca que sean más económicos. Si tienes cualquier cuestión sobre estos modelos, no dudes en pasar por nuestro taller de neumáticos en Sevilla para que te informemos de todos los detalles y valorar si son aptos para tu coche.
Por último, otro elementos influyentes son la presión y el desgaste. En cuanto al primero, es obvio que la falta de aire provoca que se deformen con más facilidad y presenten una mayor resistencia (de hecho se estima que una reducción de presión de 1 bar aumenta la resistencia en un 30%). Por otro lado, si bien es cierto que el desgaste de la banda de rodadura provoca que la resistencia sea menor, un deterioro excesivo conlleva la pérdida de adherencia y un mayor riesgo de accidentes. Además, si el daño es bastante grande el neumático se vuelve más rígido, lo que queda traducido en una mayor resistencia a la rodadura.